El Regalo del Amor del Alfarero

Alguna vez has recibido un regalo que, quizás a primera vista, no te gustó? Luego, con el tiempo, te diste cuenta de lo especial que era y de lo considerado que fue quien te lo regaló.

Recuerdo que cuando era pequeño mi familia no tenía muchos juguetes. Teníamos un caballo de madera y era el mejor juguete que había recibido. Mi imaginación volaba con ese juguete. Me traía mucha alegría y paz.

Muchas veces, si no tenemos cuidado, podemos tener un corazón ingrato hacia el mejor regalo que podríamos recibir: el amor del Alfarero.

Fue el amor del Alfarero por el mundo entero lo que le hizo dar “… á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16).

Veamos lo que dice la Biblia sobre este amor en Romanos 3:23. “Por cuanto todos pecaron, y están distituídos de la gloria de Dios;” Todos, sin excepción, hemos pecado y hemos fallado, pero el Señor nos da vida eterna. Pablo continúa diciendo en Romanos 6:23, “Porque la paga del pecado es muerte: mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Hemos recibido un regalo precioso y valioso del Alfarero. Yo no fui de los que recibieron con agrado este regalo de salvación la primera vez que me lo ofrecieron. Yo estaba ciego. Para ser honesto, no veía su valor. Yo era como muchos que hoy siguen ciegos, quebrantados y confundidos. Lamentablemente, algunos sienten que si no ven un aumento o beneficio inmediato en sus vidas, no quieren este regalo invaluable.

Doy gracias al Señor porque con el tiempo me ha permitido ver el significado inmensurable de ser llamado hijo de Dios. ¡Qué amor! Las palabras realmente se quedan cortas para expresarlo. Juan lo expresó de esta manera: “MIRAD cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios…” (1 Juan 3:1).

Ruego que podamos ayudar a otros a ver el valor de este regalo indescriptible que se nos da gratuitamente. Ruego que durante este mes en el que nos centramos en demostrar amor unos a otros en los Estados Unidos, hagamos lo mismo y le mostremos al Señor cuánto lo amamos y apreciamos su sacrificio.

Iglesia, sólo hay una manera de mostrar este tipo de amor, y es mediante la obediencia.

“ 10 Si guardareis mis mandamientos, estaréis en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre, y estoy en su amor.11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.” (Juan 15:10, 11).

Ruego para que su obediencia les traiga alegría no sólo este mes, sino todos y cada uno de los días del año mientras continúan en las manos del Alfarero.