Publicado originalmente en la edición de noviembre de 2018 de “Levántate Resplandece”.
“HIJO mío, si tomares mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti; Haciendo estar atento tu oído á la sabiduría; Si inclinares tu corazón á la prudencia; Si clamares á la inteligencia, Y á la prudencia dieres tu voz; Si como á la plata la buscares, Y la escudriñares como á tesoros; Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios” (Proverbios 2:1-5).
La sabiduría esquiva incluso al aspirante más enfocado. Uno debe poseer una verdad (conocimiento) y luego ser iluminado (entender) lo que significa esa verdad. Incluso entonces, la sabiduría requiere paciencia y humildad para ejercer ese entendimiento. No es una tarea sencilla hablar sabiduría. Ni tampoco es una posesión común.
Nosotros, poco simples, viajamos en tiempos peligrosos. El caos espera detrás de cada puerta. El adversario espera para atormentar nuestras vidas. Sus métodos son muchos, pero el resultado es el mismo; confundir y anular; para degradar y destruir. La oscuridad del caos ahoga la Voz de la sabiduría. Clama en la oscuridad, pero es difícil de escuchar. Tal vez, a veces no podemos escucharla en absoluto.
Este vacío de oscuridad nos llega todos los días. Descansa en las conversaciones con nuestras familias, amigos y colegas. Cada paso que damos y cada palabra que decimos pueden abrir la puerta y permitir que entren los lobos del caos. Esta acción puede debilitar el control de la sabiduría en nuestras vidas. Hacemos monstruos de nuestros hermanos y lobos de ovejas. ¿Cómo responden los elegidos a tal ataque?
“He aquí, yo os envío como á ovejas en medio de lobos: sed pues prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.” (Mateo 10:16).
A lo largo de la historia humana, la serpiente ha sido un emblema de sabiduría y astucia. Puede escalar o excavar sin depender de manos o pies. Se mueve a través del terreno con el punto de vista más bajo de cualquier bestia común y, sin embargo, está determinada a sobrevivir. Se revela cuando es necesario. Es cuidadosa en sus elecciones. Es meticulosa. La sabia serpiente conoce el resultado de su camino. Sea sabio como la pequeña serpiente que tiene que sobrevivir sin extremidades.
“Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y la ciencia fuere dulce á tu alma, El consejo te guardará, Te preservará la inteligencia:” (Proverbios 2:10,11).
Busca el conocimiento y busca su comprensión. Cultiva la paciencia, la misericordia, la compasión y tolerancia. Mantiene la unidad de los hermanos mientras el Espíritu de Dios cambia nuestras personalidades y nuestras vidas para nuestro bienestar. Es en este tiempo de venir a ser mejor que Su sabiduría prosperará entre nosotros. Y entonces seremos mejores.
Ser.